LA AGONIA DEL RÉGIMEN FRANQUISTA

 Se puso a Luis Carrero Blanco como presidente del Gobierno para asegurar la continuidad del régimen tras la muerte del general Franco; que su asesinato, a causa de la mano de ETA, tuvo repercusiones.

   

La crisis económica y el final del desarrollismo.

España se convirtió en una sociedad  de consumo, gracias al notable crecimiento económico que permitió  mejorar la calidad de vida de la sociedad española. Pero la dependencia económica exterior frenó el crecimiento.

En 1973, los países exportadores de petróleo lo utilizaron como arma política, subiendo el precio. En el caso español, la dependencia que se tenia del petróleo importado puso en evidencia  las limitaciones del desarrollo, y con ello el alza de precio, provocó el fuerte aumento de la inflación (subida de los precios) y seguidamente el aumento del desempleo y la entrada de la economía española en depresión, ya que no estaba preparada para afrontar esta crisis.      



El modelo español tampoco ayudaba, la política fiscal era muy deficiente. Los impuestos indirectos tenían un peso mayor que los directos y por ello, se incrementaron las desigualdades. Hubieron grandes desequilibrios regionales. Y todo ello también influyo a la conflictividad social en la década de 1970; el nivel de bienestar estaba por debajo de la media europea.

La decadencia del régimen franquista

En diciembre de 1973, la muerte de la mano derecha del dictador, Carrero Blanco, aumento la dureza de la represión del régimen. Franco designo a Carlos Arias Navarro como nuevo presidente, que presentó una propuesta llamada el espíritu del 12 de febrero, que era un intento de permanencia del régimen. Su actuación no satisfacción ni a los sectores aperturistas ni a los mas reaccionarios de la sociedad, conllevó a optar por la mano dura. Cualquier protesta contra el Gobierno era reprimida, un ejemplo es, el caso de Salvador Puig Antich, un militar anarquista condenado a muerte por haber participado en una refriega, provocó una gran campaña internacional de protesta contra el régimen.

                           Carlos Arias Navarro
                                          Carlos Arias Navarro.                                     Salvador Puig Antich.
 
El descontento con el Gobierno español se desarrollo al mismo tiempo que en Portugal tuvo lugar la Revolución de los Claveles.
Entretanto, la oposición multiplicó las protestas, manifestaciones y la convocatoria de huelgas. En 1974 el PCE (partido comunista español) promovió en París la Junta Democrática, movimiento que reunía a grupos a favor de la ruptura democrática de la dictadura, se reunieron en Suresnes y crearon una alternativa a la Junta Democrática, la Plataforma de Convergencia Democrática, más tarde se unieron como la Platajunta. Por otro lado, las acciones violentas de ETA se recrudecieron a partir de 1973.

La desaparición del dictador

Los últimos meses de la vida de Franco estuvieron envueltos de incertidumbre sobre el futuro régimen. La debilidad del Gobierno se mostraba, ya que solo recurrían al uso de la fuerza para acallar a aquellos que se oponían. Una nueva muestra, fue la promulgación de una ley durísima anti terrorista, tuvieron lugar las últimas ejecuciones del franquismo: miembros del FRAP y de ETA. Para evitarlos se organizaron movilizaciones para detener las condenas. Pero no hicieron caso a las peticiones para indultar los condenados.
El gobierno marroquí aprovechó la inestabilidad política española, para organizar la Marcha Verde, acción para anexionarse el Sáhara español, a partir del descubrimiento de grandes reservas de fosfatos y de petróleo en la zona. El rey de Marruecos promovió una marcha multitudinaria y pacífica que penetró en el Sáhara alegando derechos históricos, esto empeoro el estatus de España a nivel internacional. Finalmente, se firmo el acuerdo Tripartito de Madrid, que oficializó la retirada española y el reparto del Sáhara.

El 20 de noviembre de 1975, Franco murió. Con su muerte finalizada una larga dictadura personal y se abría un período de incertidumbre.


El Gobierno continuista de Arias Navarro

Tras la muerte de Franco, el príncipe Juan Carlos de Borbón fue proclamado rey de España el 22 de noviembre de 1975. Los seguidores de Franco esperaban que el rey diera continuidad a los principios del régimen. Existían dos oposiciones, la que defendía la oposición, la ruptura democrática y la ruptura progresiva, también conocida como opción reformista. 


Para tranquilizar, Juan Carlos I mantuvo a Carlos Arias Navarro en la presidencia. No obstante, le obligo ha hacer algunos cambios. Trató de situar a personas de su total confianza en puestos estratégicos. Los cambios previstos fueron limitados, reformar el régimen con un sistema bicameral o recuperar la ley de asociaciones políticas. 

Pero la inestabilidad no tardo en aparecer de nuevo, hubo una crisis económica que obligo a aplicar una política de congelación salarial  que provocó un gran número de conflictos laborales y de huelgas, pero la respuesta del gobierno siempre era una vía represiva y violenta. Como por ejemplo los sucesos de Vitoria, donde murieron cinco personas y más de ciento cincuenta resultaron heridas. Además el mismo año tuvo lugar un grave enfrentamiento entre facciones carlistas.

La escasa y lenta apertura reformista del Gobierno, unida a los problemas 
económicos y a la conflictividad social y laboral, llevaron al rey a prescindir de
 Arias Navarro en 1976.

                          
                                                                              

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